viernes, 22 de abril de 2016

EL HAIKU Y LOS HAIJINES. MÁS ALLÁ DE FRONTERAS MENTALES.







EL HAIKU Y LOS HAIJINES. MÁS ALLÁ DE FRONTERAS MENTALES.


Hace algunos años, por motivos de trabajo, tuve contacto con el mundo flamenco y allí pude observar como “algunos expertos” se empeñaban en separar, clasificar, en definitiva diseñar casi de una manera reduccionista, lo que no podían comprender ya que escapa a su lógica. ¡¿Cómo alguien que no había mamado de pechos flamencos osaba decir que sentía el cante como propio?! ¡Sacrilegio!. 

Sentían que llegaban intrusos  y lo entiendo. De alguna manera su razón de ser perdía sentido al desdibujarse aparentemente los pilares en los que se sustentaba su poder controlador sobre lo que es y debiera de ser. Y sobre todo, sobre el decidir quiénes poseían bajo su criterio, el don divino que los distinguía. 

No sé bien si con el propósito digno y loable de contribuir a la polémica constructiva o por una frustración personal al ser incapaces de Sentir lo que otras personas sienten de forma espontánea, el caso es que todo aquel que no provenía de su “tribu” era cuestionado con crueldad y juzgado con mucha más dureza por tener la osadía de invadir territorio comanche, por mucho arte que tuviera.  Y argumentos tenían todos los del mundo y también los del inframundo.



A día de hoy tengo otra sensación. Veo con gusto que en algunos aspectos las fronteras se han disuelto y no hablo de esa  globalización que ha manipulado la economía a favor de los poderosos. Hablo de otra cosa. 



El Hombre ha llegado a un momento de su historia en que,  con las características peculiares que le distingue, es capaz de incorporar con éxito aspectos enriquecedores de otras culturas que han profundizado en el Ser. Y no de una forma minoritaria como era hasta hace muy poco.

Esto se ha podido llevar a cabo porque el pensamiento que lo sustenta no lo hace sólo desde la cuadrícula encasilladora de la razón, sino desde un prisma holístico, abierto a conectarse, a unirse con algo que engrandece al humano y que puede significar la disolución definitiva del miedo que produce lo desconocido y de paso, de sus fatales consecuencias para la humanidad. 

Mente- corazón en armonía al servicio del conocimiento y la experimentación. Puede que el Saber sea el motor, pero no el fin por el que muchos humanos libres de prejuicios apuestan por diversos caminos para llegar a Ser. 


De ahí que me satisfaga el ver cómo  la meditación, las artes marciales, el bonsái, el ikebana, el haiku, el flamenco, el jazz, el yoga  y un larguísimo y maravilloso etc. estén compuestos por seres humanos de cualquier condición, raza o nacionalidad que han conectado profundamente con la esencia y la sensibilidad que lo sustenta y que no son propiedad privada de nadie aunque hayan velado por ellas como auténticos guardianes a través de los tiempos. Es la universalización real del patrimonio evolutivo humano.

Única condición para incorporarse al camino (inherente a la conciencia evolucionada): el respeto.



Ejemplos hay muchos, unos más conocidos que otros por aquello de la fama y con resultados bien diferentes,  pero sin duda los hay independientemente del lugar donde han nacido. Es una obviedad decir que el haber nacido en Andalucía, no garantiza el saber tocar la guitarra con virtuosismo, ni siquiera garantiza el que tengas entre tus manos una guitarra en esta reencarnación. Cierto es que es más fácil, socio-culturalmente hablando, el acceso a esas fuentes (por aquello de la mayor probabilidad de que un vecino se arranque por bulerías en el Albaicín que en Oklahoma) aunque ahora, con esa disolución de fronteras, ya no es tan así. 




El flamenco no es para entender sino para sentir. Podemos expresar nuestros sentimientos que se esconden en el hondo de nuestro corazón. Por eso, el mundo del flamenco es un lugar muy especial para nosotros, un lugar donde podemos sentirnos libres para expresar nuestros sentimientos. Esa es una de las claves de por qué nos atrae tanto.




Los corazones sensibles y respetuosos, preparados para romperse de pura emoción una y otra vez, son los que acceden sin temor a emprender este viaje, más allá de los idiomas, más allá de las palabras, más allá de las fronteras. Así que escucha lo que tu corazón tiene que decirte y no dejes que la razón censure tus anhelos con pensamientos castrantes e invalidantes. Conecta sin miedo.

El haiku se siente o no se siente. Y si no lo sientes, no te empeñes en forzar a tu corazón. Lo mismo tiene otra vocación tan digna y gratificante como puede ser el haiku. 

Mercedes Pérez, kotori,  haijin por elección libre y voluntaria. Aquí y ahora.


5 comentarios:

sandra dijo...

Gracias Mercedes por tus palabras, en especial : "escucha lo que tu corazón tiene que decirte y no dejes que la razón censure tus anhelos con pensamientos castrantes e invalidantes. Conecta sin miedo."

ADMINISTRADOR dijo...

Gracias a tí Sandra... Seguimos conectando sin miedo a ser juzgadas ni por el tiempo ni por las opiniones. Lo dicho, honestas de corazón en el aquí y en el ahora y ¡a otra cosa mariposa!!! jajajaja.

Unknown dijo...

Haikus y flamenco: cuando el ser es cautivado por los sentidos y la razona se toma un descanso. Cuando el alma emerge desde la ciénaga de la locura y resplandece con la claridad de la plena conciencia del instante presente, ni antes ni después, ni allí ni ahí. Solamente aquí y ahora.

Rosalia Gila dijo...

Muy esclarecedor este artículo, gracias Mercedes, esclarece y pone en cuestión no sólo el mundo del haiku, sino también el modo de plantarse en la vida:"un lugar donde podemos sentirnos libres para expresar nuestros sentimientos", sin censura, sin dogmas, fluyendo con autenticidad, gracias

Elsa Serra dijo...

Hermoso artículo de Mercedes Tan bellamente explicado que nos trae Enrique y que no dejan dudas al confirmar que la
expresión del arte y del los sentimientos poseen la libertad innegable de trascender todas las fronteras cuando brotan con respeto del corazón de los hombres
Gracias nuevamente Mercedes y Enrique