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viernes, 23 de febrero de 2018
martes, 6 de febrero de 2018
domingo, 4 de febrero de 2018
"HAIKU, EL ARTE SAGRADO. UNA PRÁCTICA ESPIRITUAL EN TRES LÍNEAS"MARGARET D. McGEE.
Comparto con permiso de la Gaceta HELA, este magnífico artículo sobre haiku.
En este enlace podéis adquirirlas:
“HAIKU, THE SACRED ART . A SPIRITUAL
PRACTICE IN THREE LINES”
MARGARET D. McGEE.
(HAIKU, EL ARTE SAGRADO. UNA PRÁCTICA ESPIRITUAL EN TRES LÍNEAS)
Traducción: Leticia Sicilia
He querido
traer a estas páginas este libro en concreto por ser un texto ameno e
interesante, y sobre todo, por la perspectiva desde la que estudia el haiku.
Su autora,
Margaret D. McGee ha sido capaz de aunar en su vida facetas tan diferentes como
la técnica y la espiritual, su forma de entender el haiku es muy particular,
aspecto que puede resultar muy interesante para los lectores de esta gaceta.
Margaret
D. McGee nació en 1951 en Mansfield, Ohio. Después de acabar su carrera
universitaria se trasladó a Washington, donde desarrolló diversos trabajos,
hasta que logró un puesto como escritora técnica en la compañía Microsoft.
Además de
su carrera en dicha compañía, en la que ha cosechado grandes éxitos, Margaret
es miembro de la
Iglesia Episcopal de San Pablo y tiene licencia como
predicadora. Esta faceta le llevó a su encuentro con el haiku, y a través de
éste expresa su profunda conexión con la espiritualidad y la oración.
Es miembro
muy activo de su comunidad, en la que ha creado un centro espiritual, y
desarrolla una amplia labor como profesora y conferenciante. Además ha publicado varios libros:
Stumbling Toward God: A Prodigal’s Return (Innisfree Press, 2001)
Sacred Attention: A Spiritual Practice for Finding God in the Moment
(SkyLight Paths, 2007)
Haiku the Sacred Art: A Spiritual Practice in Three Lines, 2010,
SkyLight Paths
Margaret
escribió su primer haiku a la edad de 45 años. Anteriormente había tenido algún
encuentro con la poesía japonesa, pero no fue hasta ese momento, durante un
curso de poesía, cuando comenzó su relación con el haiku.
Durante la
clase la profesora instó a los alumnos a concentrarse y escribir un haiku.
“...pronto
me detuve en un ramillete de flores rosas en un jarrón, y apunté cada palabra
descriptiva o frase que vino a mí. Observé el color, forma y partes de las
flores, el arco de la rama, los racimos de pequeñas hojas de malva. Un solo
ramillete de flores es un objeto extraordinariamente complejo, una vez que
tomas tiempo para realmente ver”
a shift
in focus-
un cambio en la atención-
the
whole room reflected
toda la habitación reflejada
in a flower's vase.
en un florero.
Margaret
perdió el papel donde había escrito el poema, pero aún hoy, recuerda
perfectamente el momento y retoma la sorpresa, el deleite, el aware “ haiku
es el momento, no es el poema lo que realmente importa”
En la
introducción de su libro Margaret explica que “el haiku está en cualquier
religión, en todo ser humano que siente la necesidad de buscar su lugar en el
mundo, de sentir en el corazón su relación con cada uno de nosotros y con toda
la creación y es compatible con cualquier otro tipo de acercamiento a nuestra
vida interior.
La captura
de momentos de profundo sentimiento, que nos hacen sentir vivos y completos nos
hace ser conscientes de lo sagrado, es un modo de estar relacionado con el
Espíritu Creador ahora, en este momento, sólo eso.
Utilizando imágenes y sentidos, un haiku trae
sensación a la vida (…) un haiku es una forma de comunión instantánea. consiste
en un intercambio de experiencia sensorial: el gusto y el tacto, el pan y el
vino. En haiku, la experiencia es compartida en unas breves palabras,
ofreciendo la sensación del momento y la idea de que no estamos solos... Un
haiku no ofrece la idea de una experiencia, sino la experiencia misma.
El haiku habla en el lenguaje de la Creación: el lenguaje de
las imágenes y los sentidos, de la naturaleza, de las cosas como son. Nos
permite recrear la esencia del momento y permite tocar nuestros corazones (…)
La conexión no viene del cerebro sino directamente desde el corazón. Con una
sacudida de reconocimiento, sentimos el vínculo entre nuestro lugar más
profundo y el mundo exterior.
Para
Margaret “un haiku nos lleva hasta el núcleo de un momento. Esa esencia es
única, al igual que nuestros huesos estructurales son únicos en cada uno de
nosotros. Al mismo tiempo, cada momento está ya desapareciendo, como nuestros
huesos también, algún día, no serán más que polvo y cenizas.
“Polvo eres y en
polvo te convertirás” Génesis 3-19
Estas dos
ideas, la esencia única, subyacente, que hace de cada cosa un momento único,
junto a la fugacidad de éste, son básicas en el pensamiento budista, en Japón,
y en los principios básicos del arte del haiku”
a turn in the road
una curva en el camino
two-no-three deer emerge
dos, no, tres ciervos emergen
from the dusk
de la oscuridad
Compartir
una oración con todos los asistentes a un oficio religioso se acerca mucho a
compartir un haiku. En ambos casos las palabras penetran profundamente en el
corazón y enriquecen nuestra vida espiritual.
Pues aun
con las piedras del camino estarás en concierto, y las bestias del campo te serán
pacíficas. JOB5 23
Una de las
mejoras formas de encontrar la paz y el sentido de pertenencia al mundo es
mirarlo desde fuera. Llevar mi atención lejos de mi mente, de los pensamientos,
de los miedos que consumen gran parte de la mente consciente, salir y mirar
alrededor. Ser espectador de la mayor obra jamás representada: la apertura de
una hoja, la masa del pan creciendo, el pájaro carpintero perforando, la
persecución de un perro, la nube que atraviesa la luna...y en pocas palabras
escribir un haiku, una oración.
El haiku es
una oración de alabanza que celebra el trabajo de Dios,
prestando atención y reflejándolo tan simple y claro como sea posible...
Escribir un haiku desvía el foco de atención del devorador Yo y por el
contrario comparte un fugaz vistazo del Espíritu omnipresente que impregna
todas las cosas.
Basta con
los ojos abiertos de un niño para ver, bajar la guardia y aceptar el mundo tal
como es, es algo profundamente curativo... Al prestar atención a una parte de la Creación, encontrarás
todo lo que necesitas para que tu haiku sea una sencilla oración de alabanza.
En la
práctica del haiku, he encontrado un atajo para agradecer lo natural. El haiku
muestra la forma de reverencia y gratitud por reconocer las cosas tal como son,
dejando que sean lo que son - la lluvia y el sol, las flores del pasto o la
ciruela. Si puedo homenajear a un diente de león y decir algo verdadero sobre
él, entonces comparto la dignidad de su ser. Cierta paz vuelve a mí y dentro de
esa paz, llega el agradecimiento de forma natural.
Refiriéndose
a la presencia del “yo” en el haiku M. McGee comenta:
El ser
humano, tal vez porque anhela encontrar el significado de la vida, está
fuertemente tentado a seleccionar y reorganizar lo que ve para que se ajuste a
sus propias nociones de cómo debería ser la forma de las cosas. Escribir haiku
es una forma de enfrentarse a esa tentación. Para mí – señala Margaret-
escribir un haiku a menudo significa despertar una y otra vez de un sueño de mi
propia idea, un sueño en el que he torcido la realidad para impulsar el
significado que deseo que tenga.
No pretendo
sugerir que no podemos usar nuestra imaginación en un haiku escrito, o que está
mal cambiar cualquier detalle del mundo exterior. Haiku es un arte imaginativo,
y desde la más temprana historia de esta forma, los escritores de haiku han
utilizado imágenes internas en su experiencia externa. A veces, ambas son
necesarias para abrir la verdadera sensación del momento al lector, para que un
poema pueda ser más que una nota para nosotros mismos.
Todo lo que
vemos y experimentamos es filtrado a través de y afectado por nuestra
imaginación. Por ello el poeta se esfuerza por lo que los japoneses llaman makoto,
que puede traducirse como sinceridad y verdad poética.
Si quiero
que mi haiku tenga makoto debo comenzar por los más exigentes y honrandos
sentimientos subyacentes de ese momento y para ello, debo prestar mucha
atención a lo que evoca esos sentimientos.
A breaker curls...
una ola
rizada...
the woman touches the hair
la mujer toca el pelo
of her redheader child
de su niña pelirroja
En cuanto a
la historia del haiku, Margaret dice “escribir o leer haiku como
entretenimiento es algo fácil y no es necesario conocer la historia y la
estructura subyacente del poema. Pero,
cuando te encuentras a ti mismo intentando vivir el haiku como una práctica
espiritual, entonces es mejor entender las normas, la evolución, las
tradiciones y elementos de esta forma que te revelará la sorpresa oculta en
estos pequeños versos... Conocer la esencia de la forma te ofrecerá la libertad
para dibujar tu propia tradición espiritual y practicar cuando escribas tu
haiku, al tiempo que te proporciona las herramientas que necesitas para crear
versos que te conmueva a ti y a otros, hoy y en los años venideros”
La autora
hace un recorrido por los tipos de poemas que originaron el haiku y explica
brevemente los términos fundamentales en todo haiku, así como las normas básicas para escribirlo:
“ Las normas del haiku – la estructura y otros
términos que hacen que un haiku sea un haiku- son como instrumentos de destreza
personal. Cuanto más conozcas de ellas mejor te ayudarán a encontrar y expresar
la verdad de tu propio encuentro en la vida del Espíritu. Sólo recuerda que las
normas existen como tu ayuda, no como tu trampa.
Una
sensación de tiempo y lugar, ese es el título de uno de
los apartados más interesantes de esta obra. En él, Margaret dice: “
El haiku muestra como las estaciones de la naturaleza traen lo universal y lo
personal juntos en un momento que evoca sensaciones vividas. Cada experiencia
ocurre en un punto específico de tiempo, un momento vivo con el Espíritu.
Situando un haiku en su propia estación, podemos acceder a la profundidad de
generaciones que están contenidas en la esencia de un momento, al mismo tiempo
se abre una puerta para sentir desde el pasado en el presente.
Si una
referencia estacional, como la brisa de primavera o un bolsillo lleno de
ciruelas, fija un haiku en el tiempo, una referencia espacial, como el pico de
la montaña o la arena del desierto, localiza el poema en un espacio físico.
Juntas, ambas referencias traen profundas sensaciones de generaciones pasadas.
Tanto
saijiki, la colección de kigos ( palabras estacionales), como utamakura, el
conjunto de nombres de lugares, se han utilizado como parte fundamental del
haiku en Japón durante generaciones. Allí, es normal encontrar los poemas
tallados en piedra en los lugares donde fueron escritos, en parques, en la
tierra de templos y lugares sagrados, en las calles de Tokio y en las veredas
remotas del país.
Estamos
conectados a la Tierra
por algo más que la gravedad. Estamos unidos a los lugares de nuestras vidas
por fuerzas que fundamentan y determinan nuestros corazones y espíritus.
Escribir un haiku es un modo de compartir tanto la esencia de un momento como
la sensación que éste evoca, y para ello, los lugares son tan importantes para
el poeta como esos sentimientos.
Tras
preguntar a muchas personas sobre aquellos lugares que les resultaran sagrados,
que les provocaran sensaciones, Margaret llegó a la conclusión de que estos
lugares se pueden dividir en tres categorías:
-
una sensación de pertenencia u
hogar
-
una sensación de temor o reverencia
-
una sensación de integridad, de
curación.
Un haiku
vivido en un lugar puede alcanzar y compartir los lazos que nos conectan a la Tierra, y a través de la Tierra, a cada uno de
nosotros.
Margaret también nos explica lo que ella llama
“lectio divina”: La lectura de los
pasajes de las Sagradas Escrituras no basada sólo en analizar los textos, sino
en responder a él desde lo más profundo de nosotros a través de repetidas
lecturas.
Lectio
divina es un gran compañero del haiku. Ambos entraron en mi vida a un tiempo,
como si cada uno hubiera estado esperando por el otro para mostrarse.
Comencé
escribiendo versos de 5-7-5 sílabas, en respuesta a pasajes de las Escrituras,
en pequeños papelitos amarillos de notas. Gradualmente, mi Biblia se llenó de
ellos. Esta práctica la lleva a cabo en sus oficios religiosos y también
a través de su labor en In the Courtyard, su página web.
Cuando el
haiku se practica en grupo – dice- es importante hablar despacio,alto y
claro. Cuando leemos haiku en grupo habrá personas que jamás lo hayan oído
antes, o que no lo oigan bien. Haiku es una forma muy concentrada de versos, y
si pierdes una palabra pierdes un buen pedazo de experiencia.
Uno de los
ejercicios que nos aconseja para practicar haiku es pasear, pasear
tranquilamente, disfrutando de todo aquello que nos rodea, anotando impresiones
sensoriales. Además, Margaret, gran admiradora de Bashô, indica que se puede
acompañar esas anotaciones con alguna sencilla imagen del momento.
Una forma
de empezar en el haiku que es un hábito del día a integrar con un hábito que ya
tienes, como pasear, cocinar una comida o leer un diario. Utilizar su hábito
existente como una inspiración y un trampolín para escribir un haiku diario.
Después de alguna práctica, escribir el haiku se convertirá en un hábito igual
que el resto.
Cada noche,
antes de dormir, escriba un haiku, sobre un lugar sagrado para usted, o como
oración de agradecimiento, o si usted lee algún pasaje de las Escrituras.
Al
finalizar el año, lea todos esos haikus, y se dará cuenta de cuántas
sensaciones, de cuánto tiene que agradecer. Apuesto a que usted encontrará
algunas pepitas de oro en medio de los cantos rodados. Usted también encontrará
una serie de eventos y sentimientos que
le volverán a conectar a cada época de su vida.
Para
Margaret McGee, el haiku es una forma de descubrimiento, de enriquecimiento
espiritual, un modo de dar las gracias a Dios por cada cosa que nos ofrece.
Sin duda,
la frase que mejor resume su forma de entender el haiku es: Haiku es la
forma que tiene Dios de saber que le estamos prestando atención.
Actualmente
vive con su marido a las afueras de Washington, desde donde lleva la web En el patio (http://www.inthecourtyard.com/
) dedicada a la meditación, al estudio de las Sagradas Escrituras y el haiku.
Cada mes publica un pasaje de las Sagradas Escrituras y recibe los haikus que
sus lectores le envían relacionados con dicho pasaje.
Estos son algunos de sus haikus:
daybreak
amanecer
a slug beats me una
babosa me golpea
to the strawberry
desde la fresa
60th birthday
60
cumpleaños
dirt under my fingernails
la suciedad bajo mis uñas
sap rising in my veins
la energía creciendo en mis venas
to have lived...
haber vivido …
a leaf full of holes
una hoja llena de agujeros
in early summer a
principios del verano
starlit night
noche estrellada
across a fertile valley a
través del valle fértil
the smell of hay
el olor del
heno
cool weather
tiempo
frío blanket
aves migratorias cubren
the harbor
el
puerto
dandelion puff
soplar un diente de león
this God must be a fool
este Dios debe ser un loco
for yellow
del amarillo
no breath...
sin aliento...
a coyote with three pups
un coyote con tres crías
crosses the dry
field
cruzan el campo seco
©Haiku, the Sacred Art. A spiritual practice
in three lines. Margaret D. McGee.
sábado, 3 de febrero de 2018
LA CHOZA DEL HAIJIN EL CAMINO DE LA SINCERIDAD PARA ERDH POR MERCEDES PÉREZ
LA CHOZA DEL HAIJIN
Miscelánea en torno
al haiku
俳人の山小屋
EL CAMINO DE LA
SINCERIDAD por Mercedes Pérez
No sé quién es el autor de esta
preciosa fotografía. Siempre que la veo me hace sonreír con el corazón y me
alegra el alma. Me atrapa su curiosa perspectiva, esa desde la que nos observan
los gatos, las ranas y puede que hasta las hormigas. Y cómo no, imposible
evitar que me evoque al Onitsura niño, que con tan sólo siete años escribió el
que, según Blyth, fue “el primer haiku
real”:
Koi koi to iedo
hotaru ga tonde yuku
“ven, ven”, le dije
pero la luciérnaga
se fue volando
Fue Onitsura (1661-1738)
el que habló de la necesidad de “sinceridad
del arte” del haiku:
makoto no hoga ni haikai nashi.
Sin autenticidad no
hay haiku.
Y curiosamente, coincidía con Bashô (1644-1694) en este punto de vista
con respecto al haiku, aunque no se conocían. La aparición en el S. XVII de
estos dos haijines , “Bashô en el Este y Onitsura en el Oeste”, supuso un punto de inflexión que marcaría el
comienzo del Hiaku-dô tal y como lo conocemos hoy en día.
A Onitsura se le atribuyen estas palabras:
“Un buen poeta es alguien que puede hacer un verso interesante.
Un maestro es alguien cuyo verso no suena interesante, pero tiene un sabor profundo.
Una etapa aún más alta es cuando un poeta ha alcanzado lo máximo del arte y su poema no presenta ni color ni fragancia. Sólo en esa etapa se puede acreditar que ha alcanzado la quintaesencia de haikai. “
Sora ni naku ya
mizuta no soko no hototogisu
canta el cuco
desde el fondo del
arrozal
y su canto resuena en
el cielo
Me pregunto si este valiente y
original haijin, que optó por alejarse del juego de palabras y de
superficialidad, encontró al final de sus días su camino de sinceridad para
poder plasmar lo que él mismo describe como la quintaesencia del haikai: un
poema sin color ni fragancia.
Al despedirse de la vida, dejó para la posteridad su haiku jisei:
Yume kase karasu
nosamasu kiri no tsuki
¡devolvedme el sueño!
me han despertado los
cuervos
la neblina de la luna
Mercedes Pérez para
ERDH 2018
*Fuentes:
- Palabras de Luz
(Tomoshibi no kotoba) 90 Haikus Ueshima Onitsura Edición de Yoshihiko
Uchida, Vicente Haya y Akiko Yamada.
Miraguano Ediciones.
-wkdhaikutopics.blogspot.com
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