MERCEDES, excelente metáfora. Sin duda, las apariencias engañan y lo que parece un lindo gatito es para otros seres vivos, como el pájaro de tu haiku, una terrible bestia.
Fijo que a Toñi le encanta (fiel seguidora de los haiku de gatos), me gusta, es de los que lleman con kireji central, ¿no? En fin, una imagen de animal cariñoso, querido y doméstico que encierra un trozo de naturaleza en crudo. Lo dicho, felicidades
Gracias Jose Antonio por tu comentario, pero he de decir que no es una metáfora si no un hecho que presencié que puede que encierre una moraleja... El haiku ha de ser un mero testimonio de lo que ocurre.. puede que al fijar mi atención en ese hecho, haya proyectado algo de mí, algo que me ha producido un choque interno, pero en principio el haiku no es vehículo de filosofías ni moralejas... Es muy interesante... si te gusta el haiku te recomiendo que visites los enlaces de talleres que hay en el blog....Seguro que te gustarán... Lo dicho, muchas gracias por pasarte y hacerme reflexionar...
Elías... Seguro que Toñi se enamora de mi gato a pesar de todo.... En cuanto a lo de la cesura en el centro es algo que habitualmente no hago, pero es que no encontraba la manera de expresarlo sin hacerlo así... Gracias por pasarte por aquí y dejarme tus ánimos
Los haikus encierran grandes verdades en pequeños versos. El haiku es un pequeño instante de iluminación (yo lo llamo instante de conciencia). No se me da bien interpretarlos. Teniendo en cuenta que nada existe en estado puro, el hermoso gato, el ser humano y todas las cosas del universo nos muestran, de vez en cuando, su cara menos amable.
Así es Aniki... bienvenida a este blog. Me alegro que te guste. Decirte algo por si te sirve... No interpretes los haikus, simplemente siéntelos y déjate llevar por lo que produzca en tí, sin analizarlo, seguro que algunos te conmoverán el corazón.
Claro que me gusta el gato. Sé que esas pequeñas fieras encierran dentro de ellas un ser salvaje. No hay que olvidar quienes son, y si no, ellos te lo recuerdan con un arañazo.
7 comentarios:
MERCEDES, excelente metáfora. Sin duda, las apariencias engañan y lo que parece un lindo gatito es para otros seres vivos, como el pájaro de tu haiku, una terrible bestia.
Salu2.
Fijo que a Toñi le encanta (fiel seguidora de los haiku de gatos), me gusta, es de los que lleman con kireji central, ¿no? En fin, una imagen de animal cariñoso, querido y doméstico que encierra un trozo de naturaleza en crudo. Lo dicho, felicidades
Gracias Jose Antonio por tu comentario, pero he de decir que no es una metáfora si no un hecho que presencié que puede que encierre una moraleja... El haiku ha de ser un mero testimonio de lo que ocurre.. puede que al fijar mi atención en ese hecho, haya proyectado algo de mí, algo que me ha producido un choque interno, pero en principio el haiku no es vehículo de filosofías ni moralejas... Es muy interesante... si te gusta el haiku te recomiendo que visites los enlaces de talleres que hay en el blog....Seguro que te gustarán... Lo dicho, muchas gracias por pasarte y hacerme reflexionar...
Saludos, Mercedes
Elías... Seguro que Toñi se enamora de mi gato a pesar de todo.... En cuanto a lo de la cesura en el centro es algo que habitualmente no hago, pero es que no encontraba la manera de expresarlo sin hacerlo así...
Gracias por pasarte por aquí y dejarme tus ánimos
Un abrazo, Mercedes
Los haikus encierran grandes verdades en pequeños versos. El haiku es un pequeño instante de iluminación (yo lo llamo instante de conciencia). No se me da bien interpretarlos. Teniendo en cuenta que nada existe en estado puro, el hermoso gato, el ser humano y todas las cosas del universo nos muestran, de vez en cuando, su cara menos amable.
Precioso blog.
Un saludo, Aniki.
Así es Aniki... bienvenida a este blog. Me alegro que te guste. Decirte algo por si te sirve... No interpretes los haikus, simplemente siéntelos y déjate llevar por lo que produzca en tí, sin analizarlo, seguro que algunos te conmoverán el corazón.
Un saludo y a disfrutar...
Mercedes
Hola Mercedes!!
Claro que me gusta el gato. Sé que esas pequeñas fieras encierran dentro de ellas un ser salvaje. No hay que olvidar quienes son, y si no, ellos te lo recuerdan con un arañazo.
Elías, siempre tan amable, ha pensado en mí ;-)
Y me encanta el haiku y la foto.
Un beso.
Publicar un comentario