martes, 29 de marzo de 2022

-HAIKUS LUIS CORRALES, HAIJIN SEVILLA, ESPAÑA- SOLO HAIKUS- GENERACIÓN DÔ


 

1975-

 

primeras gotas
el pez se difumina
en el estanque

 

bruscamente
echaron una persiana
jazmín nocturno

 

sendas de barro
se preguntan las vacas
quién será ese

 

el mirlo muerto

y su pico amarillo

sigue amarillo

 

con el otoño

sube el olor del barro

a las encinas

 

tose el vecino

la enredadera tiñéndose

de un rojo intenso

 

también este año

se deshoja el membrillo

mundo de paso

 

el anciano
se cambia de banco
tarde de estío

 

doce de marzo
última nieve sucia
detrás del seto

 

cielo plomizo
una hilera de cuervos
en la azotea

 

un insecto
corona la brizna de hierba
su ala translúcida

 

hospital
un pájaro cruza
el marco de la ventana

 

 


sábado, 5 de marzo de 2022

ISABEL RODRIGUEZ, HAIJIN VALENCIA, ESPAÑA -SOLO HAIKU- GENERACIÓN 2000-2012

 

 


 (1947-)

 

Amaneciendo,

el frescor del otoño

entre las mangas

 

Suave brisa,

la rama del limonero

rozando el suelo

 

Canto de alondra,

a la rama acude

la mariposa

 

Lluvia fina,

en las hojas de acelgas

caracolitos

 

Sigue lloviendo.

aún huelen las manos

a mandarina

 

Entre las zarzas

con el pico morado

un gorrioncillo

 

Tras las cortinas

una tenue figura,

lluvia de otoño

 

Balanceándose

al borde del abismo,

la margarita

 

Sigue lloviendo,

el aroma del cuscús

llega al salón

 

Primavera.

el temblor de las hojas

al atardecer

 

Otra vez el viento

se llevó las semillas

puestas al sol

 

Atardeciendo ,

quieta en los arrozales

la garza rosa

 

 

 

jueves, 3 de marzo de 2022

HAIBUN "SOBRE UNA ROCA"

 

 

 

fotokotori 2010

 

Camino por la dehesa brillante de rocío, donde hoy  pastan libres dos jóvenes yeguas. Tengo la costumbre de encaramarme a unas rocas ya  tibias de sol, y allí me siento simplemente a respirar.

 Las yeguas me observan con curiosidad y la más grande  se aproxima prudentemente, olisqueando el aire. No me muevo para no espantarla…me encanta sentir su imponente presencia. Su olor llega penetrante y sé  que lo mismo le ocurre a ella con el mío.

Fisgonea lo que hago y deseo que mi cuadernillo no le resulte apetitoso; huele mi  pelo, mi  cuello y aunque en otras circunstancias me daría miedo tener su boca tan próxima, no sé porqué  siento que puedo confiar.

Seguramente atraída por las sales de mi sudor, chupa el mango de mi bastón. ¡Está tan cerca de mí!…  Contemplo sus pezuñas sin herrar y  el oscuro pelo de sus patas, empapado de rocío. También veo mi rostro  deformado, en la pupila de sus grandes ojos negros.

 Deja que acaricie su  hocico mientas le hablo bajito diciendo palabras bonitas que parece entender.

La otra, la pequeña, tiene unas crines tan negras que el brillo del sol convierte en plata. Rondándonos, se muestra desconfiada, pero la curiosidad le puede y  se aproxima lo suficiente como para mordisquear los cordones de mis zapatos.

Aquí estoy, sentada en una roca, y mientras respiro en tan hermosa compañía, siento como cortan  la hierba con sus dientes  y cómo, de la arboleda que rodea al prado, voces de pájaros desconocidos  se amplifican en la luz verde que emana de los fresnos llenos de retoños.

¡Qué sosiego!... inmenso… profundo… ancestral…

 

 

un corazón en paz...

el olor del sol

sobre la hierba

 

 

kotori 2010