jueves, 8 de noviembre de 2018

LA CHOZA DEL HAIJIN 俳人の山小屋 EL CAMINO DE LA REBELDÍA por Mercedes Pérez. MASA SUZUKI – MASAJO (1906-2003)

LA CHOZA DEL HAIJIN

俳人の山小



                                             MASA SUZUKI – MASAJO (1906-2003)



“No pienso verme involucrada en un doble suicidio con el haiku, (matarlo a él mientras él me mata a mí). Si tengo que elegir entre el haiku y el amor, tiraré el haiku.”*

La historia de Masajo, por desgracia, no se diferencia en mucho de la de otras mujeres del mundo en la actualidad que, a pesar de los avances que se han conseguido en sus derechos, siguen padeciendo la presión de una sociedad patriarcal.

Conozco de primera mano una increíblemente parecida y que ha terminado con la huída de ella a otro país y su desprecio, para siempre, hacia una cultura que la ha hecho sufrir lo indecible por no querer ajustarse a normas sociales, injustas para con la mujer, y por decir ¡basta!

La biografía de Masajo  nos muestras las  dificultades a las que se enfrentó. Una vida en la que no era nada como individuo. Y no sólo por su condición social en una cultura que establece desde que naces lo que de ti se espera- cosa que ocurre con ambos sexos-  sino además por el hecho de haber nacido mujer en una sociedad claramente machista. Amo Japón, pero no estoy ciega. No digo que sea una pauta, ni que todas las mujeres sufran lo mismo, pero no creo en las casualidades. Mucho queda por andar en el camino de la equidad entre géneros, y Japón no es una excepción.

Tengo la particular sensación de que Masajo optó por saltarse las normas del haiku y escribir poemas de amor, llamándoles como realmente le daba la gana, en un acto de suprema rebeldía ¿Cómo si no, sobrevivir? ¿Haciendo de nuevo, también en la expresión poética de su ser, lo que de ella se esperaba? ¡No! Se puso el mundo por montera y tiró hacia delante a pesar de saber la conmoción que producían sus poemas en el mundo del haiku.

 Me pongo en su lugar y comprendo que quisiera hacerlo. Que quisiera hablar de ella. Que quisiera hablar de su amor, de su sexualidad y que quisiera hacerlo desde donde supuestamente no podía ni debía. No la justifico, pero no la condeno por ello. ¿Es lícita su actitud?¿Cómo encajar su obra dentro del haiku? No puedo responder. Hay haikus suyos que me fascinan y su obra en general me llama mucho la atención aunque no los considere haikus.

Me la imagino decidiendo sin decidir, como tantas veces hacemos, que se acabó el ninguneo, se acabó el ser silenciada, se acabó la resignación y el pudor, se acabó la invisibilidad por ser mujer y por ser japonesa.


Fuyu no yo no kagami ni utsuru mono ni ware

Noche de invierno.
Cosas que se reflejan
en el espejo: yo. 



Mercedes Pérez para ERDH 2018



 
*Haiku traducido por Vicente Haya
 




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jueves, 1 de noviembre de 2018

LA CHOZA DEL HAIJIN 俳人の山小屋 EL CAMINO DE LA SUPERVIVENCIA por Mercedes Pérez ISSA, LA SONRISA DEL BUDA


LA CHOZA DEL HAIJIN

俳人の山小

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EL CAMINO DE LA SUPERVIVENCIA  por Mercedes Pérez

ISSA, LA SONRISA DEL BUDA

Este invierno pasado leí un artículo en el que se hablaba de la influencia de los gestos del rostro en nuestro cerebro. La neurociencia (según el autor) está demostrando que una sonrisa ”muscular”, aunque sea forzada, puede desencadenar una serie de efectos químicos y neurológicos que nos lleven a sentir la alegría que hay detrás de una sonrisa real. Interesante.

Sin conocer en profundidad la biografía de  Kobayashi Yatarô( 1763-1827)  cuyo nombre de haijin es Issa (Taza de té), y en base a lo que he podido leer en castellano y en francés, se puede deducir que su  vida  estuvo plagada de infortunios que sobrellevó (aparentemente) con una alegría propia del budismo, no en vano era un devoto seguidor de la secta Jôdoshinshû.

Esta condición religiosa marcó definitivamente su obra al tratar en sus haikus temas claramente budistas como la compasión, el amor por los seres sintientes, la reencarnación, la impermanencia, etc.

Muchos de nosotros fuimos atrapados en las primeras lecturas de haiku en castellano por la simpatía que despierta  ese lado humano y cercano que desprenden los haikus de Issa. Me atrevo a decir que Issa horada sin dificultad las capas endurecidas de la mente occidental para que el haiku pueda penetrar sin resistencia. Ante Issa, el lector occidental no pone barreras, no está a la defensiva. Si a eso añadimos el parecido con Francisco de Asís (1182 -1226) en cuanto a su amor por las criaturas, su popularidad en Occidente está servida.  Issa, Asís, las mismas vocales bailando.

Algunos estudiosos de su figura apuntan a que, en cierto modo, Issa creó  conscientemente a lo largo de su obra literaria, un personaje  peculiar, humano y accesible, con los defectos y las virtudes de un hombre corriente: iconoclasta, perezoso, compasivo, contradictorio, irreverente, irrespetuoso, amante de los animales y los niños, huérfano, padre afligido…
Casi como ningún otro haijin dejó a través de sus haikus el autorretrato de su vida y de su personalidad. Esta especulación, aunque sea una posibilidad a tener en cuenta, no le resta mérito alguno. ¿Se pueden acotar en el alma de un poeta lo ordinario separándolo de lo trascendental? ¿Pudo Issa permanecer a salvo del virus del haiku y vivir en una cierta impostura? Sinceramente, no lo creo. El haijin responde a una forma de ser y estar en el mundo. El haiku no nace de un trabajo con horario, ni de una afición de fin de semana. A mi entender, es imposible pensar  que un auténtico haijin pueda ejercer desde la impostura respondiendo a un antojo literario y sobrevivir en el tiempo. Cuando el haiku te atrapa, pasa a formar parte de tu ADN y eso impregna tu cotidianidad sin que te des cuenta. El haiku actúa en tu cuerpo con  el mismo poder transformador que, según afirman  los neurólogos, tiene la sonrisa.

Puede que Issa, en un primer intento por sobrevivir en este mundo plagado de demonios, forzase en su rostro una sonrisa y en su vida un haiku. Luego sus neuronas hicieron el resto, dando lugar a la trasmutación del sufrimiento humano en evasiva felicidad, y a muchos haikus que al leerlos años después de ser escritos,  dibujan en nuestro rostro una sanadora sonrisa.


Yo no naka wa
jigoku no ue no
hanami kana

世の中は地獄の上の花見哉
ISSA
Mientras estamos en este mundo
por encima del infierno
¡poder contemplar las flores!


Ikinokori
Ikinokoritaru
samusa kana

生残り生残りたる寒さかな
ISSA
Sobreviviendo a mis seres queridos,
obstinado en sobrevivir…
¡Y muerto de frío!

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Tada oreba
oru tote
yuki no furi ni keri

たゞ居れば居るとて雪のふりにけり
ISSA
Simplemente estando,
quedándome en ese estar,
caía la nieve

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初螢ついとそれたる手風哉 ISSA
Hatsu-hotaru
tsui to soretaru
te-kaze kana

La primera luciérnaga:
El zigzag con que esquivó mi mano
Leve soplo de aire


犬の子の咥へて寢むる柳かな ISSA
Un perrito se ha dormido
sujetando en la boca
la rama de un sauce



*haikus traducidos por Vicente Haya









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