LA CHOZA
DEL HAIJIN
Miscelánea en torno al
haiku
俳人の山小屋
fotokotori
EL CAMINO DE LA INOCENCIA por Mercedes Pérez
Hace años, acostumbraba a caminar con mis nietos
por la dehesa de Collado Mediano, el pueblo donde vivía en la Sierra de
Guadarrama.
Estas caminatas estaban marcadas por las
constantes preguntas de los críos, curiosos
ante los asombros que nos producían las pequeñas cosas que se aparecían ante nosotros. Todo era fascinante y
a la vez natural. La Realidad era pura magia: las aves, las vacas, las flores,
los bichos, las nubes, y hasta los guijarros y las rocas gigantescas que se nos
antojaban fortalezas. Y digo “nos” porque tenía la fortuna de sentirme con
ellos, una niña más.
Y por supuesto, les hablé del haiku, que ya, de alguna
forma, nacía de sus observaciones. “Vamos
a ver si encontramos haikus en el camino” Y les gustó el juego, tanto, que me
apremiaban a anotar en mi libreta todo lo que veían. Estos haikus fueron
verbalizados allí mismo, en nuestros paseos, por Rodrigo cuando tenía 6 años de
edad.
camino de piedras;
por la curva aparecen
un montón de vacas
agachado,
mi hermanito sopla
molinillos de viento*
*vilanos de diente de león
mientras hablo con mi abuela
las flores del romero
¡son moradas!
viento frío
las moscas quietas
en las flores del romero
huele a hierba
por el camino
dos pajaritos verdes
No deja de asombrarme la capacidad de conectar
con lo que ES de los niños que miran el mundo con sus ojos puros y sin
pretensiones.
No sé qué de todo ésto que compartimos en la edad de la inocencia,
habrá hecho mella en su alma. Espero que algo resuene en ella con la suficiente
fuerza como para eclipsar o al menos compensar, la aparición de los Pokemons en sus vidas.
Es mi deseo esperanzado que recuerden con cariño
a esta abuela rebelde, que mientras el
mundo les empujaba a mirar la pantalla de un móvil, ella les invitaba a
observar ese otro mundo que latía, vivo, en las briznas impregnadas de rocío o
en las boñigas humantes de las vacas.
Mercedes Pérez para ERDH 2018
1 comentario:
Hola Mercedes Pérez.
Efectivamente, tus Haikus dejan una sensación infantil, mis favoritos fueron el de tu hermanito y el de las flores moradas. Siento que esos Haikus, suceden en el mismo lugar.
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