¡Que frío el aire!
Bajo la capa de hielo
hay otras huellas
-.-
Costra de hielo.
Entre ella y la tierra
un dedo de pasto
-.-
Sol en la nieve.
Por las briznas de hierba
calando el suelo
-.-
Camino.
Cruje la nieve helada
por donde asoma el pasto
-.-
Bajo los fresnos
la pradera aún verde.
El resto, blanco.
-.-
Nieve de otoño.
La montaña de enfrente
en blanco y negro
-.-
Dentro del viento
la urraca intentando
asirse al ciprés
-.-
Con viento helado
picotea las sámaras
el herrerillo
-.-
Hojas quemadas.
El mismo camino
con distinta luz
-.-
Un remolinito.
Sólo ha sonado
el fresno sin hojas
-.-
Mas allá
en lo profundo del cielo
graznan los gansos
-.-
Senda de tierra.
En algún lugar del valle
tocan campanas
-.-
En aquella zarza se escucha...
revuelo de gorriones
-.-
Se desprenden
los pulgones del rosal
descongelados
-.-
Cerca del caño.
El olor de la menta
al ser pisada
-.-
Sale del seto
y aún fresca, sobre mi mano
la mariposa
-.-
Al oir voces
dejé de ser arroyo
y suave brisa
-.-
Justamente hoy
ha tirado el plátano
casi todas sus hojas
-.-
Cielo sin nubes.
Todas ellas pegadas
a la montaña
-.-
Rosa del azafrán.
Flor y sombra
del mismo color
-.-
Ni una nube.
En este cielo de hoy
tan sólo un cuervo
-.-
A veces se oye
el murmullo del agua
otras, los pájaros
-.-
Alguien plantó
al final de la calle
jazmín de invierno
-.-
Brilla una luz
en lo alto del monte
encima, una estrella
-.-
No logra ocultar
la inmensa nube negra
su resplandor
-.-
Sol de otoño
entre las ramas del pino
y la humareda
-.-
Sólo una estrella.
Aún mas negras que el cielo
esas montañas
-.-
Fría mañana.
¡Que apagado el canto
del pájaro en otoño!
-.-
De nuevo ahí
semioculta en el cielo
¡tan fría y pálida!
-.-
Hojas rojas.
Despacio reverdece
el musgo del muro
-.-
Gritos en vuelo.
La banda de estorninos
se parte en dos
-.-
De golpe se alzan
con la forma del fresno
los estorninos
Bajo la capa de hielo
hay otras huellas
-.-
Costra de hielo.
Entre ella y la tierra
un dedo de pasto
-.-
Sol en la nieve.
Por las briznas de hierba
calando el suelo
-.-
Camino.
Cruje la nieve helada
por donde asoma el pasto
-.-
Bajo los fresnos
la pradera aún verde.
El resto, blanco.
-.-
Nieve de otoño.
La montaña de enfrente
en blanco y negro
-.-
Dentro del viento
la urraca intentando
asirse al ciprés
-.-
Con viento helado
picotea las sámaras
el herrerillo
-.-
Hojas quemadas.
El mismo camino
con distinta luz
-.-
Un remolinito.
Sólo ha sonado
el fresno sin hojas
-.-
Mas allá
en lo profundo del cielo
graznan los gansos
-.-
Senda de tierra.
En algún lugar del valle
tocan campanas
-.-
En aquella zarza se escucha...
revuelo de gorriones
-.-
Se desprenden
los pulgones del rosal
descongelados
-.-
Cerca del caño.
El olor de la menta
al ser pisada
-.-
Sale del seto
y aún fresca, sobre mi mano
la mariposa
-.-
Al oir voces
dejé de ser arroyo
y suave brisa
-.-
Justamente hoy
ha tirado el plátano
casi todas sus hojas
-.-
Cielo sin nubes.
Todas ellas pegadas
a la montaña
-.-
Rosa del azafrán.
Flor y sombra
del mismo color
-.-
Ni una nube.
En este cielo de hoy
tan sólo un cuervo
-.-
A veces se oye
el murmullo del agua
otras, los pájaros
-.-
Alguien plantó
al final de la calle
jazmín de invierno
-.-
Brilla una luz
en lo alto del monte
encima, una estrella
-.-
No logra ocultar
la inmensa nube negra
su resplandor
-.-
Sol de otoño
entre las ramas del pino
y la humareda
-.-
Sólo una estrella.
Aún mas negras que el cielo
esas montañas
-.-
Fría mañana.
¡Que apagado el canto
del pájaro en otoño!
-.-
De nuevo ahí
semioculta en el cielo
¡tan fría y pálida!
-.-
Hojas rojas.
Despacio reverdece
el musgo del muro
-.-
Gritos en vuelo.
La banda de estorninos
se parte en dos
-.-
De golpe se alzan
con la forma del fresno
los estorninos
2 comentarios:
"Al oír voces
dejé de ser arroyo
y suave brisa"
me removió tantas cosas este excelente haiku!
Muchas gracias por pasarte por aquí y compartir tu opinión. Los haiku sin lector, no tienen sentido.
Saludos
Mercedes
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