FOTOKOTORI
Casi es de noche, una de esas noches de verano en las que el calor se apodera de las piedras, de los objetos, de la piel y siguen estando calientes aunque el sol ya haya desaparecido tras las montañas sin conseguir arrastrar con él todo su fuego.
Cerca de mi ventana ha florecido la alheña que, de vieja que es, parece más un árbol que un arbusto. Creí que este duro invierno pasado, había acabado con ella, pero no ha sido así. Ha florecido esplendorosa con sus racimos color marfil y un olor penetrante que me resulta muy desagradable. Está plagada de insectos que embriagados la visitan y sus efluvios se meten en casa junto a los zumbidos de los bichos.
Necesito aire fresco, no puedo cerrar las ventanas… ¿De dónde viene este frescor? ¿de las sombras?
Enciendo unas varitas de incienso japonés y me voy con su aroma liviano, lejos, muy lejos. Me embarga una conocida sensación de tristeza y añoranza que me ha acompañado desde siempre, desde que vine, casi sin querer a este ruidoso mundo. La niña de los ojos tristes que pisaba hojas secas camino del cementerio donde perdía la noción del tiempo dibujando en su cuaderno ángeles cubiertos de musgos y líquenes.
Hojarasca.
El olor del humus
mientras camino
No sé bien el por qué de esta dulce melancolía que me lleva a otros lugares lejos del ahora -si es que el ahora existe- y no puedo decir que sea sufrimiento, no, definitivamente no lo es. Es un sentimiento tristemente bello, fructífero… como la llegada del otoño, como el declinar del sol mientras, suavemente llueve y empieza a oler a nocturnidad. Es así de especial…
Hoy hay mucho ruido en el ambiente. El calor hace que todos nos lancemos a la noche en busca de un respiro y es una pena que no seamos capaces de acallar nuestros ruidos humanos y disfrutar de los silencios que nos trae envueltos en frescura, en luz de luna.
Sólo un autillo...
En lo profundo de la noche
vibra su voz
Cada vez que el autillo lanza su voz desde lo alto, - ese grito que no sé si es de caza, de aviso, de amor, no sé, da igual ¡es tan hermoso!- le siento sobrevolando la oscuridad de las montañas ajeno a lo humano, ajeno al ruido de la loza entrechocando en las cocinas, ajeno a las risotadas que suenan a alcohol, a queja. Cada vez que su voz vibra en lo profundo de la noche, me gustaría unirme a su alma animal que es capaz de volar libre, entre tinieblas sin que nada le perturbe.
Me tiene arrobada su presencia lejana y nocturna que no parece de este mundo, que parece venir del Más Allá, de la eternidad cósmica que se me antoja este firmamento azul oscuro repleto de estrellas, que nos cobija.
Huele a jazmín.
Las nubes se disuelven
bajo las estrellas
Fotografía, texto y haiku de Mercedes Pérez "Kotori"
5 comentarios:
Saludos Kotori.
Hoy visité tu blog por primera vez...
mé encantó.
!magnifica entrada! "casi de noche"
mágica prosa que recrea el alma con la descripción intima de de sensaciones y sentimientos...
nostalgia de algo que sentiste casi siempre...¿Quiza la vuelta al autentico hogar?.
Te envio mis saludos y seguiré visitandote.
Cae la tarde
siluetas en el cielo
nada se oye.
Peregrina, gracias por tus palabras. Yo también te seguiré de cerca.
Un saludo
Cuando encontramos nuestro lugar en el mundo, todo el Universo cae a sus pies y nos replanteamos las nuevas huellas a dar, para que se acerquen lo mejor posible a las que quisiéramos recordar con exactitud. Tu haibun me llena el alma de una paz y una pregunta se me diluye: ¿por qué? Pregunta innecesaria: para qué tiene asertividad y permite reencontrarnos con la meta.
Un abrazo agradecido por tanta paz como entregas al escribir.
Entro en esta casa por primera vez.
y me voy con paz en el alma.
Vendré mas ha menudo.
Saludos desde el alma.
Asami:
Muchas gracias por tus palabras. No sabes la alegría que me produce el sentir que algo de paz llega a través de esas tonterias que me da por escribir jejejeje. Así que si hay alguien que ha de estar agradecida, esa soy yo.
Un abrazo
Josefa, todo un honor tu visita a esta humilde casa. Me alegro que te hayas sentido a gusto. Las puertas siempre abiertas para gente de paz como tú.
Un abrazo
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