fotokotori
COMPAÑEROS DE VIAJE
A veces, la vida nos da la oportunidad de elegir un camino
espiritual y es en ese nombre, en el de la espiritualidad, donde suelen imbricarse la discordia y la armonía. Lo más
feo y lo más bello del ser humano parecen aflorar cuando los hombres nos unimos
con el noble fin de caminar juntos hacia una meta común, despojados aparentemente
de toda máscara… Y aunque parezca extraño a los profanos, es el lugar idóneo
para que los egos salgan a la luz y comience el proceso de desprendimiento. Con lo cual, resulta perfecto.
He llegado a esos lugares donde el caminante, está deseando
llegar. Esos espacios de armonía donde puedes bajar la guardia. Al menos, eso he creído. Encontré refugio en
humildes cobijos donde parecía que soplaba
menos fuerte la ventisca y en donde me consta, un cálido hogar permanece
encendido para el que va y el que viene. Un día, alguien se sienta frente a mí y lo que
creía abandonado hacía tiempo, de pronto señala con el dedo acusador y vuelven los
demonios a ser esos indeseables compañeros de viaje. Inocencia o soberbia, no sé. Creía que hacía
tiempo había dejado fuera de mi vida esa
pesada carga, pero puede que mientras estemos atrapados en estas carnes
forjadas durante siglos, milenios de miedos y rencores que pesan como el plomo,
caeré las veces que sean necesarias
hasta aprender a desaprender. Sin duda, mientras tejía, me he saltado algún
punto y si no quiero echar a perder la labor, he de deshacer hasta llegar a ese
punto para pasarle su trocito hebra y poder continuar sin que se quede un
agujero que cada vez se haga más grande.
Es en esta confusión entre el reflejo, el espejo y el espejo
que refleja al reflejo del espejo, donde a veces me hallo, y donde me da
vértigo mirar tanto para delante como para atrás porque es la multiplicación
hasta el infinito de una patética paradoja que se prolonga hasta la más
absoluta oscuridad…¿pasado?...¿futuro?...
Me detengo, bajo la mirada y miro mis manos vacías que llevo
a juntarlas sobre mi corazón y cierro los ojos. Fuera, nada es real, dentro
late la verdad, la vida… tan cerca, tan lejos…. sólo si quiero. Agradezco cada
nueva oportunidad de aprender, de despojarme, de pedir perdón y de
humildemente, perdonar.
Mercedes "kotori"
3 comentarios:
Conozco esa sensación de trazar círculos. ¿Cada vuelta es distinta, se ve distinta, tiene que ser distinta, puede ser distinta, es igual? En fin, un abrazo, intentaré trasmitirte el sentimiento con el que me gustaría dártelo con un recuerdo de mi niñez (no es un haiku, lo escribi antes de saber lo que eran pero para mi significa mucho)
teje la abuela
juega la niña al sol
con un cabello
Mercedes este escrito es identico a mi estado de ánimo.
El último párrafo es igual a lo que siento.
Gracias por escribir tambien.
Gracias a vosotros, Pablo y Josefa por compartir vuestros sentimientos conmigo. Es un honor inesperado y precioso.
Pablo, ese poema, si corresponde a la realidad y despojándole de algo de retórica, podría ser perfectamente un haiku de asuntos humanos, que también los hay.
Josefa, lo mejor, es soltar las cosas y dejar que caigan por su propio peso. Lo que ha de ser, será.
Un abrazo, Mercedes.
Publicar un comentario