fotokotori
RELATO
SOBRE LA LUNA
Hace
mucho, cuándo el hombre y la mujer pertenecían a la Naturaleza sin
diferenciarse de los demás seres, hubo una hembra humana, una mujer, que se
hermanó con la Luna y la hizo suya, por dentro y por fuera.
Comprendió
con todo su ser que se pertenecían, que la Luna era su expresión en la
inmensidad del firmamento y que ella era portadora de su sabiduría, de su
misterio y de su poder en la noche, en las sombras aquí en la Tierra. Supo que
estaban irremediablemente unidas, como nunca lo estaría el varón.
El
hombre sintió miedo del poder que se manifestaba en la mujer, sintió miedo del
misterio que cada noche se aparecía, cambiante, en la inmensidad del cielo
plagado de estrellas. Sintió temor de la pálida y fría luz de la Luna que él no
entendía, que producía sombras en la sombra y que se le escapaba como agua entre los dedos.
Comprendió
que su vientre nunca albergaría vida alguna, que su compañera era un astro del
cielo que caminaba a su lado y que él, tenía la misión de guardar ese tesoro de
los dioses y protegerla de todo peligro, pero no porque fuera débil, si no
porque era valiosa, porque era fértil y porque era sabia.
Hace
mucho, otros hombres, temieron irracionalmente el poder de la Luna manifestado
en la mujer y decidieron acabar con ella, someterla y degradarla.
No
pudiendo dominar sus secretos, intentaron eliminarlos de la faz de la tierra y
muchas mujeres dieron su vida y su libertad por ser hijas de la Luna. Otras,
casi más triste aún, olvidaron sus orígenes y se sintieron perdidas en un mundo
que las había desnaturalizado.
La Luna
se tiñó de rojo, del color de la sangre y tuvo la constancia de seguir al lado
de la mujer, unida a su inconsciente y unida a su útero con hilos de plata, guardando
allí el tesoro de su Sabiduría y su poder a la espera del reencuentro en la luz
de la consciencia de la mujer sabia que vuelve a amar su esencia.
Mercedes Pérez "kotori"
2 comentarios:
Precioso "Kotori" me ha encantado el relato!!
Felicitaciones!!
Un bikiño.
luna de marzo;
poco a poco se aquietan
las carpas de la orilla
(Sin otra luz, 2012)
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