domingo, 6 de octubre de 2019

“DIENTES DE LEÓN EN LA HIERBA” por Toñi Sánchez Verdejo Hojas de Té Colección HOJAS EN LA ACERA. 2019





“DIENTES DE LEÓN EN LA HIERBA” por Toñi Sánchez Verdejo,  Hojas de Té, Colección HOJAS EN LA ACERA. 2019

Gratitud… esa ha sido la primera palabra que me venido cuando he evocado la imagen de Toñi Sánchez Verdejo, mi querida Diente de León.
Este verano recibí su primer libro en solitario “Dientes de león en la hierba” con una dedicatoria que me emociona cada vez que la leo.
Hoy, con el sosiego y el respeto que se merece, hago esta reflexión en voz alta para agradecer a Toñi “Diente de León” la labor silenciosa y constante que desde hace años realiza a favor de la divulgación y conocimiento del haiku en castellano.

Generosidad… también, porque si hay alguien que la personifica, es ella. Generosa con su tiempo, con sus amigos, con sus palabras y con sus hechos, que al fin y al cabo son los que cuentan y los que marcan la diferencia.

Humildad… sin duda una de sus mejores virtudes. Los que la conocen, saben que no exagero al destacar esta condición natural suya, quizás la más necesaria para transitar con honestidad el haiku-dô,  hoy en día plagado de egos y farsantes.


Atención plena… Se nota en cada haiku que se lee en estas páginas. ¡Cómo se agradece la frescura y la naturalidad del que nada pretende!

descalzos por la hierba:
nadie pisa
los dientes de león

A flor de piel…Con sus relatos, con sus haikus, este libro nos lleva a evocar la experiencia olvidada en un rincón del alma,  de otras vidas, otros lugares en el que el silencio era la suma de silencios, y el tiempo transcurría sin producir vértigo: pájaros, viento en los cipreses, vilanos, huesos en un huerto, pétalos, fósiles de caracoles, oraciones, pasos de sandalias, nubes y gatos.

Nostalgia… añoranza. Así me quedo, con esa triste alegría que se siente al Recordar y temer que se acabe y no vuelva porque esta vida te arrastre a lugares donde la suma de silencios, de sensaciones que conectan con la Realidad, haya desaparecido ahogadas por el ruido que parece avanzar sin remedio y hasta me atrevo a decir con el beneplácito de un ejército que teme escuchar el latido de su corazón.

Esperanzada…porque los vilanos del molinillo de viento, de los dientes de león que nadie pisa, llegan lejos y germinan en las grietas más áridas, enraizando con fuerza y volviendo a florecer.

Gracias, gracias, gracias.-^-

Mercedes Pérez kotori




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