LA CHOZA
DEL HAIJIN
俳人の山小屋
Encuentro de haiku en
Aýna (Albacete) 2011
EL CAMINO
DEL AGRADECIMIENTO
por Mercedes Pérez
“No me consideraría una persona digna si
llegado a este punto obviara la mayor de mis certezas en el mundo del Haiku- dô y es la de que no
lo podría haber hecho sin la cercanía y amistad de haijines, caminantes y
peregrinos con los que he transitado y
sigo haciéndolo, en la búsqueda de algo
de luz que desbroce el camino del haiku en castellano. Sin duda, el mejor
regalo que me ha traído el haiku entretejido entre sus versos.
Hace unos años, redacté unas palabras que sigo
suscribiendo y que aunque no sean una novedad para muchos de vosotros, me
gustaría volver a compartirlas porque siguen representando lo que siento…”. Así es como estaba esbozada, en un principio,
esta última entrega de LA CHOZA DEL
HAIJIN. Pero algo ocurrió en este año que ha tenido un gran impacto en mi vida
y que no puedo obviar: la muerte de mi padre. Por ello, también quiero ofrecerle
mi agradecimiento a él que me enseñó a amar a los pájaros. Y la mejor forma que tengo de hacerlo, a
pesar de las dudas y el pudor que me produce, es mostrar lo que en estos meses
fue surgiendo en forma de haiku y que me ayudó de manera incuestionable a
mantener el rumbo dentro de la tormenta. Que el haiku es una vía de sanación,
no me cabe la menor duda. El haiku es mi propósito de vida, mi ikigai.
Dômo arigatô gozaimishita.
HAIKUS A LA MUERTE DE MI PADRE
Diario
haiku sobre la enfermedad de mi padre,
año 2018.
FEBRERO… tan sólo un pequeño dolor que
te hacía difícil el caminar y sin embargo lo hacías. Pensábamos en una simple
hernia, seguro que con la natación en agua calentita te ibas a mejorar. Pero la
vida parece tener su propia idea de cómo han de ser las cosas…
el cáncer
de papá…
una pareja
de gansos silvestres
en la
ventisca
MARZO ha
sido un mes en el que ha llovido y ha nevado mucho. Del hospital a casa… Más pruebas
e incertidumbre sobre el alcance de su enfermedad. Me voy a vivir a la casa de
mis padres para estar cerca de él. Nos enfrentamos a cosas que dan miedo:
medicaciones, efectos secundarios, alucinaciones, certezas…
afeito a mi
padre…
por las
flores de almendro
resbala la
lluvia
-.-
sala de
quimio;
sin
mirarnos y sin mirar,
busco su
mano
-.-
algo de
sol…
el médico
se va silbando
“Entre
candilejas”
-.-
la luz del
alba
en la cama
del enfermo;
malas
noticias
-.-
gorriones
bajo el jazmín…
mendrugos
en un cuenco
lleno de
lluvia
-.-
Día del
padre…
desde su
lecho contemplar
como cuaja
la nieve
-.-
nieve sobre
las flores;
en la
primera arcada,
la
dentadura
-.-
intensa
nevada…
de sus
ojos desaparece
el dolor de
huesos
-.-
la sonrisa
de papá…
el
rabilargo voltea
mendrugos
con nieve
-.-
noche de
vendaval;
también yo
veo
hormigas
negras
-.-
para mi
padre enfermo
el olor de
la lluvia
en las
violetas
-.-
ABRIL nos ha traído la certeza del
alcance de la enfermedad de mi padre. El tiempo… queda poco, siempre es poco
cuando se trata de un ser querido. Imposible seguir cuidándole en casa a pesar
de nuestra mejor disposición para hacerlo. Nos trasladamos a la unidad de
cuidados paliativos en el Hospital de la Fuenfría, un paraje impresionante en
plena montaña.
-¡Qué un buen lugar para
partir!–pienso- Aquí se está más cerca del cielo que de la tierra.
Un bosque de pinos silvestres,
cerezos y ciruelos nos acompañan aliviando la tristeza del momento. La nieve y
las flores. Un regalo para mi padre que así lo vive. Las aves diurnas y
nocturnas nos retan a reconocerlas, aliviando el tedio de las horas en la
habitación que poco a poco se ha ido llenando de recuerdos traídos de casa: fotografías,
el reloj despertador que insiste en tener a la vista, un jarrón para las flores
de su jardín… Es consciente de que nunca volverá a pisar su casa y lo lleva
bastante bien. Con un agradecimiento que me resulta ejemplar por el optimismo
que encierra y que yo no poseo, me dice
que siente que está viviendo unas vacaciones primaverales en un lugar precioso
y que, curiosamente, frecuentó mucho en su juventud cuando acampaba por la
zona.
vuelvo al
hospital…
entre la
calima
los
ciruelos en flor
-.-
desde su
lecho
papá
distingue
la voz de
las cornejas
-.-
un paseo al
solecito,
de vez en
cuando nos caen
pétalos de
ciruelo
Es MAYO y sigue nevando aunque la
nieve no llega a cuajar debido al calor que ya tiene la tierra. Vivimos
momentos que van de la risa al llanto, de la desesperación a la aceptación. “Celebramos”
que el día 12 hizo dos años que “mamá nació en el cielo”. –Es una forma de
verlo- me dice con los ojos turbios por las lágrimas que guarda para sí.
un reflejo
en el
retrato de mi madre…
la cama del
hospital
-.-
vómito
oscuro…
mi padre
pide que le limpie
las
lágrimas
-.-
mientras
coge cosas
que no veo,
mi padre me
llama mama
-.-
papá habla
con su
hermana difunta…
de azul a
blanco, el cielo
El día 23 de Mayo de 2018 a la 1:
48 de la madrugada, papá ha fallecido agarrado a mi mano y en total calma. Cuando
salgo, aturdida y agotada, del hospital camino de casa, en el pinar resuena la
voz de un cárabo. Lejos de sentir aprensión o miedo, tengo una maravillosa
conexión con lo inefable. Me voy en paz.
Que la
tierra te sea leve y a nosotras también.
papá ha
suspirado
tres
veces…desde el pinar
la voz del cárabo
Mercedes Pérez para ERDH , diciembre 2018
4 comentarios:
Sobrecogedor....
Repito lo que te dije cuando los leí por primera vez. Estos son los haikus que yo nunca fui capaz de escribir en su momento, en mi momento.
Sobrecogedor...
Y hermoso. Aunque parezca increíble. El haiku germina y se nutre en lo más profundo del mundo, de nosotros mismos, allí donde siempre brilla la luz.
Besos.
¡Madre mía!
No sé cómo he llegado a esta entrada de tu blog en esta noche de marzo pero me siento totalmente impactada por tu experiencia tan profunda y estos haikus llenos de belleza, de sinceridad, de autenticidad. De repente he sentido frío, sobre todo con el haiku del cárabo. Pero luego serenidad.
Qué forma de trascender algo que ya es, por sí, trascendente: el dolor, la enfermedad, la muerte. Y con qué naturalidad …
Gracias por compartir esta belleza, a pesar del pudor.
Un gran abrazo.
Toñi
Emocionan tus palabras porque salen de las entrañas, esa misma emocion que vuelve cada vez que te leo.
Hoy, a dos años de la partida de mi padre, ahondan en mí con más profundidad.
Te abrazo una y otra vez.
Impresionante e impactante.Vivencia pura.
Publicar un comentario