sólo oír el viento
y acariciar a mi perra
querría esta tarde
dos colibríes...
luz rosada en la senda
que lleva a casa.
este sendero...
mis pies pisan mis pasos
de diez veranos
prendida al pecho
la luciérnaga ignora
cuánto ilumina.
noche sin luna-
sólo los pies tanteando
entre las piedras
aroma a café...
mi vecina recuerda
a su madre
casi veinte años…
otro perro nos mira
tomar mate
nubes de lluvia.
Jugamos en el río
aromado de hierbas
ojos de anciana...
mirando los gorriones
se iluminan
justo al tirar
el pañal de mi madre,
la hormiga con su hoja
mesas de café-
la paloma otea el cielo
desde la silla
entre los autos
el árbol de hojas amarillas
es aún más bello
tira de la correa.
Su corazón
late en mi mano
bajo la luna
mi perra y yo
las tres felices
anochece...
Se van abriendo
las florecillas
periquitos en flor…
también a manzanillas
huele el aire
fluye la brisa
mientras conversamos,
la luna nueva
1 comentario:
Gracias Mercedes, una vez más por hacerme parte de este hermoso ramillete de haikus y de presencias entrañables. Ya leeré con detenimiento. Un abrazo!
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