sábado, 29 de marzo de 2008

REFLEXIONES SOBRE REIKI

Cuando mi Maestra de Reiki, Charo Fernández, nos puso como “deberes” el hacer una presentación como introducción a los cursos que en el futuro impartiríamos para iniciar en la técnica del Reiki, me quedé bloqueada.

En mi mente se agolparon tantos momentos, tanta información, tantas experiencias, tantos cursos, tantas búsquedas que se produjo literalmente un embotellamiento. Era evidente que aquello no fluía…

Decidí entonces, dejar la mente a un lado y hablar con el corazón o mejor dicho escuchar lo que mi corazón tenía que decir al respecto.

Sentí emoción al evocar una biografía cargada de experiencias enriquecedoras, pero con muchos momentos dolorosos… Sentí que había sufrido inútilmente por las resistencias a las que me había aferrado, por los miedos que había alimentado, por las herencias familiares y culturales que había mamado y constaté que hasta que no acepté que había venido a este planeta a experimentar y a evolucionar a través de esas experiencias, las cosas no empezaron a mejorar. Y mejoraron no por que fueran experiencias más agradables, si no porque mi actitud se modificó al dar permiso para que eso ocurriera de manera consciente.

Estoy hablando de fe, de entrega, de libre albedrío, de conocimiento, de consciencia, de responsabilidad, de amor, de felicidad… Y todas esas cosas no se hallaban tan lejos de mí como en un momento pensé… Resulta que todo era mucho más sencillo, pero cuando bajé a la Tierra me olvidé que las respuestas a todas mis preguntas estaban a salvo escondidas en lo más profundo de mi corazón. Allí estaba, dentro de mí, oculto tras capas de dolor, de sufrimiento, de miedos, lo que todos anhelamos, el AMOR con mayúsculas, esa maravillosa energía que nos conecta con el universo.

También sonreí al comprobar algunas cosas graciosas… Hubo un momento en el que la vida me dio la vuelta al calcetín y me di cuenta que había estado viviendo en el mundo del revés… Me explico… ANTES, fornicar era pecado, el sexo tabú, algo oculto y pecaminoso que nos alejaba de Dios, DESPUÉS, ya no era fornicar, se llamaba practicar Tantra para despertar esa energía sexual sagrada llamada Kundalini y cuya práctica te ponía en contacto ni más ni menos que con tu divinidad.

ANTES cuando te veías con alguien después de años que no lo hacías y que era prácticamente imposible encontrarte en aquel rincón del mundo, lo llamábamos “casualidad”, DESPUÉS, “sincronicidad”. El universo había confabulado para que aquel encuentro tuviera lugar. Probablemente hubiera algo pendiente que hacer juntos… ¡¿practicar Tantra?!...

ANTES, cuando alguien te hacía daño, (tu madre, tu pareja, un extraño), estaba claro a quién podías señalar con el dedo acusador, eran ellos los culpables de tus traumas, frustraciones y desgracias y todo el mundo estaba de acuerdo con ello. DESPUÉS, el dedo acusador se volvió hacia uno mismo y de ser agresores pasaron a ser maestros y ya no podías echarle la culpa a nadie. Resulta que hacían de “espejo” y tú estabas limpiando Karma de vidas pasadas en las que no te habías portado demasiado bien… Y encima los habías elegido tú. No era casualidad esa familia terrible que tanto te hizo sufrir, lo teníamos pactado… ¡Ah, se siente!...

ANTES cuando casualmente te encontrabas con alguien con el congeniabas pensabas lo bien que te había caído. DESPUÉS ya no era “congeniar”, era un “reconocimiento” y si no tenías bastante con la familia que habías elegido en esta reencarnación, empiezan a aparecer padres, hermanos, hijos, amigos y demás parentela de otras vidas y otras culturas.

¿Comprendéis el cambio?

Pero lo que más gracia me hizo fue el recordar unas palabras de mi madre, pedazo de maestra y pedazo de espejo que me dejaron perpleja… Acababa de terminar una iniciación de Reiki y me ofrecí gustosa a ponerle las manos en su dolorido cuello… Al sentir el calor que salía de mis manos y el bien que le hacía comentó con asombro: ¡Anda!, ¡a ver si has heredado la gracia que tenía mi padre que le traían los niños para que les pusiera las manos en la tripa y les curaba! Confieso que me sentí alagada ante la perspectiva de ser la continuadora de una saga de sanadores , pero añadió: ¡ O de mi tía María , la hermana de tu abuela, que cuando se ponían malas las burras del pueblo, la llamaban y las curaba dándoles friegas con las manos!... En este momento recibí una ducha de humildad que hasta me hizo sonreír, por que lo de ser sanadora de burras ya no tenía tanto encanto. El “glamour” se desvaneció y yo aterricé…

¿Es posible, en vista de mis antepasados, que yo eligiera el Reiki como la versión del “después”?

Bromas aparte, creo que en el fondo estamos hablando de lo mismo pero con distintas palabras y puede que con distinta vibración por el momento que nos ha tocado vivir.

Mi conclusión a lo largo de estos años de búsqueda es que todos los caminos conducen al mismo sitio si lo que te mueve es una intención pura de corazón. Llamadlo como queráis, no deja de ser una herramienta al servicio de algo mucho más grande e inmenso. Y si esa es la herramienta con la que te sientes cómodo, adelante.

Otro tema con el que me topé y que además me inquietó muchísimo, fue el enfrentarme al enjuiciamiento… “No juzguéis y no seréis juzgados”, bien, de acuerdo. Parece tan sencillo como decir: vive y deja vivir, pero los de arriba son muy listos y sus pruebas refinadas y a la medida de lo que necesitamos en cada momento y ahí estaba la mía, en pleno éxtasis por mi iniciación a la Maestría de Reiki, haciendo lo que creo correcto según los preceptos que me han transmitido los Maestros, aplicando no sin esfuerzo sus enseñanzas en un día a día complicado, cuando me entero que una persona cuya biografía aparentemente se aleja de los preceptos que hacen del reikista un canal puro por el que pase la energía, dice que hace Reiki. Confieso que fue como si esa persona hubiera profanado el templo sagrado. No daba crédito, estaba indignada y confundida. ¿Pero como osaba decir que hacía Reiki, cuando sus hechos reflejaban una falta de amor hacia el prójimo que ponía el vello de punta?¿Cómo esa boca por la que no paraban de salir disparates, agravios, palabrotas se atrevía a pronunciar la palabra Rieki?. En seguida fui consciente de que estaba juzgando, de que estaba siendo víctima de un ataque de soberbia espiritual. Lo hablé con mi marido Luis y con Charo, mi maestra y aunque en apariencia resultaba cuanto menos, chocante, me dijeron más o menos lo mismo: que nosotros no sabíamos que había detrás de todo esto, que no nos corresponde lo que ocurra con esa persona, que debemos centrarnos en nuestro camino, en actuar de acuerdo a nuestros principios y soltar esos pensamientos negativos de juicio que enturbian nuestra mente y que lo mejor es confiar en que la sabiduría que impregna todo lo que “es” actuará de la forma correcta… Se trata de dejar de controlar y confiar de una vez por todas en Dios.

Os aseguro que no es fácil y todavía me llegan pequeños ramalazos de asombro y perplejidad, (debo tener por ahí un pequeño ego justiciero que se niega a soltar el hacha). Me viene en forma de frasecita puñetera… “Las niñas buenas van al Cielo y las malas a todos lados”…”¡No es justo!”... Y es aquí donde está el fallo… ¿Qué sabemos de lo que puede ser justo o no?...La ley del Karma actúa a través del tiempo y del espacio y de una forma que no resulta fácil de comprender para nuestra mente…Una conocida mía me dijo un día algo que se me quedó gravado…“Mejor no pidas al Cielo Justicia, pide Misericordia por si acaso”.

En resumidas cuentas, centrémonos en nuestra práctica, seamos honestos con nosotros mismos y actuemos con un corazón amoroso. Esa es la llave que abre todas las puertas.

Con todo mi corazón

Mercedes Pérez

2 comentarios:

Isa dijo...

Ostras Mercedes:
Me has dejado patidifusa,porque yo empiezo hacerme estas reflexiones,¿y como es que he dado contigo?,pues por lo que decimos la ley de la atracción,porque tenia que llegar.
Desde luego siempre que tenga un ratito me pasaré por tu blog,me das mucha calma
Isa

ADMINISTRADOR dijo...

Isa, las casualidades no existen... Me alegro que encuentres calma entre éstas páginas virtuales. Para mi es un honor y una gran satisfacción que así sea.
Cuidate y estamos en contacto

Saludos

Mercedes