fotokotori
Hacia la sobriedad feliz Pierre Rabhi
El
canto del herrero en un pequeño oasis al sur de Argelia
/…/
Aquí, como en otros lugares, los hombres se ven afligidos por sus tormentos. Lo
mejor y lo peor habitan el mismo espacio./…/Una obstinada moderación trata, a
pesar de todo, de mantener la paz./…/La muerte es la administradora de una
finitud para la que todos están preparados. La muerte es una evidencia y poco
importa el rango social, el prestigio o las riquezas. Se ocupa de su oficio,
imprevisible, y devuelve a Dios las almas cuando Él lo decide. La resignación a
lo que está escrito propicia el sosiego, ya que el destino es el juguete de
causas contra las que la voluntad humana es impotente. Nada puede ocurrir sin
la voluntad divina/…/
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