Con vuestro permiso, voy a contar
algo personal.
Hace unos años, muchos, pasé una etapa muy compleja con mi hijo
mayor que con 6 años le diagnosticaron leucemia. Y fue allí, en el mismo
hospital en el que muchos están ahora, dónde vivimos momentos muy duros y momentos
muy esperanzadores.
Muchas veces tuvimos que estar
aislados en una habitación especial porque las defensas de mi hijo eran bajas y corría serio peligro su
vida. Recuerdo el día que pidió ver a través del cristal a sus hermanitos a los
que echaba mucho de menos. Recuerdo sus dibujos, recuerdo la madurez de sus
pensamientos ante lo que estaba pasando.
Cuento esto para que no perdamos
la esperanza. Mi hijo nos dio grandes lecciones de vida por la entereza con la
que vivía situaciones que los adultos llevábamos peor... Y no solamente él,
porque en la planta de oncología del Ramón y Cajal había muchos niños que
vivían en una situación parecida y si adaptaban con una facilidad al presente
que no dejaba de sorprendernos. Unos auténticos sabios.
Mi hijo sobrevivió gracias al
esfuerzo de todos, a la esperanza que nunca nos abandonó y también quizás
porque ese era su destino. Ahora tiene 40 años y dos preciosos hijos que son
mis nietos.
Todo pasa y esto también pasará.
Aprovechemos la ocasión para extraer las mejores enseñanzas que esta crisis nos
puede ofrecer: la solidaridad, la empatía, el esfuerzo, la importancia de la
cooperación frente a la competitividad... Es tiempo para reflexionar, echar
mano de la memoria y así intentar observar nuestra vida pasada, presente y
futura con una perspectiva que nos ayude a ser mejores personas y a dejar de
alimentar la oscuridad que en todos habita.
Pronto estaremos celebrando el
reencuentro con los seres queridos. Abrazándonos y besándonos sin temor. Seguro
que nada volverá a ser como antes, eso espero... Y deseo que sea para
bien porque habremos comprendido dónde está lo verdaderamente importante.
Os recuerdo que estamos en muy buenas
manos, que están haciendo todo lo posible y más para cuidar de nosotros. Así
que confiemos, porque no estamos solos. Hoy más que nunca estamos unidos por algo
mucho más importante y con lo que debemos conectar : el Amor al prójimo.
Cuidaos mucho y aprendamos de cada instante. La vida viene cargada de regalos de aprendizaje. No los desperdiciemos.
Mercedes Pérez kotori
2 comentarios:
Desde Argentina te saludo, Mercedes.
Gracias por compartir tu dura experiencia personal y celebro que, además de haber superado ese trance tan dramático, hace años, haya servido también para haber recogido enseñanzas.
Enseñanzas que como personas y sociedad deberíamos aplicar no solo en momentos tan difíciles y traumáticos como los que estamos padeciendo, sino asumirlos como una forma de vida: solidarizarnos, pensar más en el prójimo que en nuestras mezquindades, honrar la especie con una sabiduría que solo necesita de nuestra vocación de ser un poco mejores cada día, sentir al otro como a uno mismo.
Que muy pronto todo mejore en tu país y en el mundo. No es tarea fácil, pero es también una oportunidad para poner a prueba nuestra humanidad y nuestro humanitarismo a escala planetaria.
Un gran abrazo, amiga.
Juan Carlos, muchísimas gracias por tus palabras. Es muy consolador y gratificante sabernos cerca a pesar de las distancias.
Cuidaos mucho por allá y que nuestra experiencia os sirva para llevar las cosas con cabeza y corazón.
Un enorme abrazo -^-
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