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El haiku como adiestramiento espiritual.
Conciencia plena. Mindfulness.
Sin
ser patrimonio del budismo, el haiku-dô tiene puntos básicos que entroncan con
esta tradición. La Conciencia Plena, o la Plena Atención que ahora tan de moda
está bajo el nombre de Mindfulness es uno de ellos y bien útil por cierto.
Por lo tanto, para mí, el haiku es parte
de un adiestramiento espiritual que me invita a desaparecer voluntariamente
dentro de un maravilloso mundo preñado de asombros, y de esa manera “intentar” armonizarme con
él.
Es observar las cosas en su Ser tal y como son e ir a su esencia, no para
diseccionarla o adaptarla a mi concepto mental de lo que ha de ser sino para hacerme uno con ella dejando aquietar mi mente
occidental en la medida de lo posible.
Y qué mejor manera de ilustrar tanta palabrería con lo que de verdad
importa. Todos estos haikus que he intercalado en el texto, se hacen eco de lo
sagrado en distintos puntos del lugar que nos acoge, nuestro planeta Tierra.
No
olvidemos además, algo en lo que insisto mucho y es la proyección personal que
como lectores hacemos cuando estamos ante
un haiku . Tan difícil o más que escribir haiku, es tener la disposición
correcta para leerlos. Os recuerdo:
WA, KEI, SEI, JAKU
lluvia
de anoche...
rezuma el brocal
de un pozo seco
rezuma el brocal
de un pozo seco
Manuel Díez Orzas (España)
niebla matinal…
escarba en la hojarasca
un gallo rojo
escarba en la hojarasca
un gallo rojo
Charo
Ortolá (España)
susurrando…
un
niño frente al belén
pregunta
por el desierto
Félix
Arce Aráiz(España)
Epifanía.
Se derrite la escarcha
de las violetas
Toñi
Sánchez Verdejo
El camino del haiku,
afortunadamente, no tiene una meta de llegada, la meta es el caminar. Y en ello
estamos. Gracias por llegar hasta aquí.
Mercedes Pérez
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