niebla en los bancales;
el campesino sigue
como si nada
un hilo de algodón
pegado en la herida,
vuelve la brisa
dobla un velero
el espigón, la nube
va deshaciéndose
noche de abril,
la bacalá desalándose
en el lebrillo
cavando surcos,
las gotas de sudor
se hacen barro
sin apoyar del todo
una pezuña,
la brisa en sus crines
planea el águila...
va pasando la niebla
de un valle a otro
luz de los fuegos
brillando en mi tazón
de chocolate
el viento
haciéndose ventisca;
lluvia de agosto
al sol de otoño
la anciana cuenta al mendigo
lo de su artrosis
3 comentarios:
Excelentes!! Comentario no técnico, va desde el corazón!
El mejor de todos los comentarios: el que sale del corazón.
Muchas gracias Eva.
amigo Elías! qué gusto leer estos haikus... Lo de su artrosis sin duda me ha provocado una ternura enorme.
Un abrazote!!!
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