Viento del sur,
la hilera de zapatos
junto a la fuente.
Tarde nublada,
todo el color prendido
en las begonias.
En silencio...
La bruma deslizándose
montaña abajo.
Atardecer,
el peso de la calima
sobre las hojas.
Siembra de otoño,
se agitan las mangas
del espantapájaros.
Cerezo en flor.
Vuelve a posarse
el herrerillo.
La araña inmóvil
en medio de los hilos
la luna llena.
Tendiendo ropa,
las primeras estrellas
entre las pinzas.
Hierve el potaje...
el rumor de la lluvia
sobre las plantas.
Atardecer,
enrojecen las puntas
de las espigas.
La charca seca...
el silencio de un pato
en la orilla.
Risas de niños,
una hilera de patos
cruza el sendero.
Breve aguacero,
sólo por unos instantes
olor a tierra...
Luna de enero,
un gato de puntillas
entre los charcos.
Olor a guisos
bajo el cielo estrellado
conversaciones
Alba otoñal,
poco a poco el mar
se hace visible.
Cielo estrellado,
se curva la hoja
bajo la escarcha.
Pasan las nubes...
la yegua amamantando
a su potrillo.
Viento del sur,
a la sombra del muro
se lame el gato.
Pesa el calor...
En la arena mojada
una gaviota.
Niebla en el monte,
el eco de dos cabras
a topetazos
Alba de otoño,
en un charco el sombrero
del espantapájaros.
La hierba alta,
a ratos asoma
el corderillo.
Bosque de helechos,
sólo el sonido
de mis pisadas.
Ni viento, ni nubes,
el croar de las ranas
en la noche...
Marea baja,
atrapada en un charco
la luz de la tarde.
Lavando arroz,
la lluvia de verano
en la ventana.
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